Cuando oscurece temprano: Tributo al Capellán Dan Ramirez, M.Div.
Esteban Montilla | 12 junio, 2015
Dan Ramirez vino a nosotros a prepararse como teólogo, capellán y consejero profesional. Al menos, eso fue su pensamiento y plan. La realidad fue que Dan vino a nosotros a darse a sí mismo y a compartir su sabiduría como educador y como pastor con sus pares, profesores y directivos. Dan vino a nosotros listo para aprender, listo para enseñar y listo para servir. El vino a culminar una maestría y lo logró pero además vino a compartir su visión y su pasión como discípulo de nuestro Señor Jesucristo. La vida de Dan fue un encanto. Su presencia sola traía paz y tranquilidad. Su postura esperanzadora y su sonrisa alentadora le seguían dondequiera iba. Las personas que experimentaban quebranto se sanaban solo con su toque y abrazo santo. La vida de Dan fue una vida de fe. Dan nos despertaba cada mañana junto a su colega Santiago Montero con cantos de alabanzas y lluvias de oraciones. Dan con su carisma pentecostal y su espíritu de alegría nos contagiaba a todos y nos invitaba a vivir ese día a su plenitud sabiendo que estábamos bajo el cuidado y protección del Creador y Sustentador del universo.
La vida de Dan fue una vida de servicio. Además de ser un esposo dedicado, un padre comprometido, un pastor que daba la vida por sus ovejas, un maestro que sembraba en sus alumnos, un discípulo que integraba en su vida lo que aprendía de sus mentores, un hijo solicito que en todo tiempo honró a su padre y a su madre, un compañero de estudio que ejemplificaba lo que es la solidaridad, un amigo en quien se podía confiar con la vida, un capellán que sanaba con su compañía, un consejero profesional que escuchaba y guiaba de manera sabia a sus consultantes, y finalmente un hermano en Cristo que vivía las enseñanzas de Jesus de Nazaret y de sus Apóstoles.
La vida de Dan fue una vida de entrega. Una entrega que no es muy común en estos días. Una entrega que refleja el cumplimiento de la razón de nuestra existencia en este mundo. Dan entregó su vida a Jesus de Nazaret, a su familia, a sus feligreses, a sus compañeros, a sus amigos, a todos. Dan cumplió con lo que el Rey le pedía: darle de comer al hambriento, darle de beber al sediento, darle alojamiento al forastero, vestir al desnudo, sanar al enfermo, visitar al presidiario. Sin duda que hoy Dan escuchó las palabras del Rey de Reyes, “Venid, bendito de mi padre, recibid la herencia, el reino preparado para ti desde la creación del mundo” (Mateo 25: 34-40).
La vida de Dan fue una vida llena de humor. Sus chistes, cuentos, y anécdotas siempre nos alegraban el día. Sus ocurrencias nos llenaban de gozo. Sus habilidades culinarias nutrían a nuestro cuerpo y espíritu. Ese queso que nos traía nos recordaba de la importancia de ser sal para un mundo muchas veces desabrido. Su carne de chigüire bien sazonada nos recordaba de la exquisiteces de nuestro lindo país. Sus dulces nos invitaban a tratar a los demás con dulzura. Sus panes suculentos además de nutrirnos nos animaban a compartir el pan y a luchar por eliminar la pobreza extrema.
La vida de Dan oscureció muy temprano. Cuando tuve la oportunidad de vivir en la zona de Nueva Inglaterra (Maine) allí me di cuenta que oscurecía muy temprano (4:00PM). Se hacía de noche muy pronto y con la noche llegaba el frio. Ahora eso es lo que siento, que, el día se ha ido muy pronto y que el frio de la muerte nos embarga. Si bien es cierto que el sol saldría al día siguiente muy temprano para alegrar la vida y sustentarla la noche se hacía muy larga. Nunca me imagine que la vida de Dan en esta tierra fuera tan corta. En mis últimas conversaciones con Dan lo que escuche fue los planes que el tenia para los próximos 20 años. Estos planes de Dan coincidían con nuestros planes en el Ministerio Cristiano la Trinidad. En trance nocturno de frio y sin el calor de Dan la vida es muy difícil. No puedo detenerme de llorar al pensar que anocheció para un gran gigante de la fe llamado Dan Ramirez. Me conforta el hecho de que gracias a Dan pudimos ver a Cristo de manera más real. Dan nos mostró esa imagen y esa vida que necesitamos seguir. Dan nos invitó a caminar en la vida con esperanza, con sueños, con visiones, con fe, con determinación y con el Espíritu Santo. Si anocheció para Dan pero todos en el Ministerio Cristiano la Trinidad nos comprometemos a mantener el espíritu de Dan vivo en nuestro medio. Que el Sol de Justicia, nuestro Señor Jesucristo, que siempre acompañó a Dan nos acompañe en estos momentos tan duros. Que nuestro Dios consolador siga acompañando y fortaleciendo a la familia Ramirez. Que la mano restauradora de nuestro Salvador Jesucristo siga sobre sus hijos y demás familiares