La Cena del Señor o Eucaristía
Esteban Montilla | 18 agosto, 2015
Saludos deseándoles lo mejor para este día. Un día donde reflexionemos sobre la Cena del Señor o Eucaristía. Los símbolos nos asisten a unir lo intangible con lo concreto, lo divino con lo humano, lo futuro con el presente. La idea de comer juntos como símbolo de cercanía, intimidad y consideración se ha usado desde los mismos comienzos de la humanidad. Una narrativa de la Biblia Hebrea menciona que Abraham pudo compartir una comida de medio día aun con seres celestiales (Genesis 18: 1-33). En el Nuevo Testamento se relata ocasiones festivas donde la comida y la bebida eran símbolos de alegría, felicidad, presencia divina y compasión humana (Juan 2:1-10; Mateo 14:13-21; Juan 6:33).
La práctica de “partir el pan” (Hechos 2:42) para honrar y celebrar la presencia histórica y actual de Jesucristo en la vida de los creyentes se ha llevado a cabo desde los mismos comienzos de la historia de la iglesia. En las reuniones los cristianos partían el pan y compartían la copa como una manera de dar fe de que seguían las enseñanzas de Jesús de Nazaret, recordaban su muerte y celebraban su resurrección (Lucas 22:19; 1 Corintios 11:24-25). Es así como la Santa Cena o Eucaristía (gratitud) es una oportunidad de dar gracias a Dios por habernos creados para bien y liberados del mal. Es una ocasión para renovar nuestros votos de lealtad a una vida que imite las palabras y acciones de Jesucristo. Es una oportunidad de decir no a la crueldad, a la injustica, a la arrogancia y a la corrupción así como también decir un si al amor, a la justica, a la humildad y a la integridad. Es un momento para declarar que Dios y Jesucristo siguen muy presentes en nuestras vidas. Una oportunidad para solidificar nuestro sentido de hermandad con nuestros semejantes y recibir el ánimo para una convivencia armónica. Una ocasión para con pasión expresar nuestro deseo de encontrarnos cara a cara con Jesucristo en su Segunda Venida (Marcos 14:25; Apocalipsis 3:20; 19:9).
