La Fe
Esteban Montilla | 29 julio, 2015

Saludos deseándoles lo mejor para este día. Un día donde reflexionemos acerca del poder de la fe. La fe es una fuerza interna que lleva a la acción. De allí la conexión del sustantivo fe (pistis) con el verbo creer (pisteuo). Tener fe es aceptar que tenemos lo que necesita para lograr vivir una vida acorde con la voluntad de Dios (Génesis 1:30; 2 Pedro 1:3; Filipenses 4:13) y afirmar que en la prosecución de esta meta contamos con la continua presencia de nuestro Creador (Mateo 28:20).
Esta fe se fortalece por medio de la persistencia en las acciones de bien con la humanidad y la fidelidad a Dios (Santiago 2:14-26; Habacuc 2:4). La fe crece al dudar de las voces que invitan al engaño, la opresión, la exclusión, la denigración y la explotación de nuestros semejantes (Marcos 13:21; 2 Timoteo 3:8). La fe aumenta al ver al mundo y los acontecimientos bajo una óptica esperanzadora donde los problemas, obstáculos y conflictos que enfrentamos se visualicen como oportunidades para construir un mejor mañana. Esta “fe como fundamento de lo que se espera y prueba de lo que no se ve” (Hebreos 11:1) nos permite mantener vivo el soñar. La fe como fuerza transformadora además de darnos estabilidad existencial, nos sana, y nos mueve hacia la creación de una nueva humanidad donde reine la paz, la justicia y la caridad. “Nuestra fe, en efecto, es la que se sobrepone al mundo” (1 Juan 5:4).