La gratitud en la fe cristiana
Esteban Montilla | 26 noviembre, 2022
La gratitud tiene que ver con una actitud, esquema intelectual con raíces emocionales, que mueve a desear y buscar el bien por otra persona de quien se recibió un beneficio. Las diversas maneras de mostrar agradecimiento por un bien recibido van desde el simplemente dar gracias hasta el corresponder haciendo lo mismo para con otro ser. Esta disposición a mostrar aprecio constituye uno de los elementos centrales que hace a un ser humano atractivo, prosocial y admirable. Por lo tanto, es una característica deseable y loable promovida por las diversas culturas y grupos de la población humana. Una persona agradecida es mostrada como un prototipo o modelo a seguir.
En el cristianismo bíblico, Jesús de Nazaret y sus discípulos, consideraban la gratitud como una de las marcas de la presencia de Dios en una persona. “Así que nosotros, que estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos” (Hebreos 12:28, NVI). La invitación a sus seguidores es que sean agradecidos en todo. “Por eso, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, vivan ahora en él, arraigados y edificados en él, confirmados en la fe como se les enseñó, y llenos de gratitud” (Colosenses 2:6-7, NVI).
En el relato sobre la sanidad de diez personas con lepra, Jesús de Nazaret celebra la actitud y acción del “extranjero” del grupo que fue sanado. El autor de este evangelio quiere resaltar la ironía de que las personas “despreciadas” mostraron su bondad al expresar gratitud. “Resultó que, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, al verse ya sano, regresó alabando a Dios a grandes voces. Cayó rostro en tierra a los pies de Jesús y le dio las gracias, no obstante que era samaritano. —¿Acaso no quedaron limpios los diez? —preguntó Jesús—. ¿Dónde están los otros nueve? ¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero? Levántate y vete —le dijo al hombre—; tu fe te ha sanado” (Lucas 17:11-19, NVI).
En los EE. UU. existe una fiesta anual donde se exalta la importancia de mostrar agradecimiento a Dios y a las demás personas. Aunque esta es una festividad recibida con ambivalencia en tanto el grupo mayoritario, colonizadores cristianos ingleses que llegaron cerca del 1600, la celebran como un Día de Acción de Gracias. Por otro lado el grupo minoritario, los aborígenes americanos, quienes llegaron a estas tierras hace unos 15 mil años, se refieren a esta conmemoración como Día de Luto Nacional. En los Estados Unidos de América se celebra este día festivo, desde que el presidente Abraham Lincoln en 1863, para expresar gratitud por la victoria del ejército de la Unión en Gettysburg, lo declaró feriado.
Esta celebración de Acción de Gracias también se ha conectado con un acuerdo que tomó lugar en 1620 entre los aborígenes Wampanoag dirigido por Massasoit y los colonizadores de Plymouth donde ambos se comprometieron a tratarse con respeto, deponer sus armas, hacer negocio de forma pacífica y evitar las injusticias y la crueldad. Ese compromiso sólo se mantuvo por pocas décadas y después lo que reinó fue el desplazamiento, las masacres y la opresión.
Entonces hoy celebramos con sensibilidad entendiendo que nuestro peregrinaje cristiano en varias ocasiones se ha desviado de las enseñanzas centrales de Jesús de Nazaret y sus apóstoles, las cuales nos invitan a reproducir el amor de Dios, a conducirnos con justicia y junto a la humildad construir un convivir pacífico. Hoy damos gracias a Dios, a los líderes políticos, religiosos y comunitarios que dedicaron sus vidas, y, algunos hasta se inmolaron, para que pudiéramos gozar de un ambiente digno, seguro y pleno de oportunidades. Hoy damos gracias a nuestro Dios misericordioso y compasivo quien nos brinda otra oportunidad para hacerlo bien. Hoy nos comprometemos a aprender de estos errores que hemos cometido a fin de nunca más repetir estas atrocidades. Hoy, como el extranjero del relato del Evangelio de Lucas, regresamos a dar gracias a nuestros progenitores, cuidadores, tutores y guías quienes nos mostraron el buen camino.