La Resurección de Jesús de Nazaret
Esteban Montilla | 27 julio, 2015

Saludos deseándoles lo mejor para este día. Un día donde dediquemos tiempo a pensar en la resurrección de Jesús de Nazaret. Los líderes políticos romanos y dirigentes religiosos judíos erróneamente pensaron que al matar a Jesús de Nazaret su proyecto terminaría allí. Si bien es cierto que fue un golpe duro que dispersó a los seguidores de Jesús no fue suficiente para eliminar la esperanza porque al anuncio de la resurrección un grupo de ellos decidió seguir proclamando su mensaje; de que permitirle a Dios que irrumpa en la vida de una persona y comunidad es encaminarse hacia la paz y al bienestar integral.
Jesús de Nazaret había encomendado su vida a Dios y se había abandonado completamente en Él (Lucas 23:46). De manera que Dios decide llamarlo de muerte a vida (Lucas 24:5). La resurrección es la respuesta que Dios le dio a la pregunta “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? (Marcos 15:34). Dios interviene para rescatarlo del Seol o lugar de los muertos y llevárselo a vivir con Él por la eternidad. Esto confirma que allí donde todo se acaba Dios comienza algo completamente nuevo. El final es solo un comienzo para Dios. La resurrección de Jesús de Nazaret también proclama que Dios nunca nos abandonará en tanto hará lo mismo con nosotros (Romanos 8:11; Colosenses 1:18; 1 Corintios 6:14).
Jesucristo, el Resucitado, entonces se le aparece a las mujeres y hombres que Él había llamado al ministerio pastoral para que siguieran el proyecto y fueran por el mundo anunciando las buenas nuevas de salvación, extendiendo la invitación a que vuelvan a Dios y anunciando la oportunidad del perdón (Lucas 24:47). En Él es posible que construyamos un mundo más compasivo, más justo y más pleno (Mateo 28:19-20; Marcos 16:15). Hoy entonces le decimos si a la vida, si a Dios, si a seguir con su plan de liberación.